LA GUARDIA DE HIERRO
El Domingo de Ramos de 1930 surge la Guardia de Hierro. Vanguardia extrema en la lucha diaria y sangrienta contra el comunismo.
El Gobierno pretende, inútilmente, detener aquel torrente de fuerza política, exaltada y ardiente, que amenaza desbordar el falso tinglado de un orden viejo y decadente. Y la marcha demostrativa, proyectada por Codreanu en la región de Besarabia, queda suspendida.
A la impotencia rencorosa y estéril de los enemigos opone el Capitán ( Corneliu Zedrea Codreanu) el centelleo de su manifiesto al país:
"Rumanos: Una Rumania nueva no puede salir de los antros de los partidos políticos. Así como la gran Rumania no salió de los cálculos político-demócratas, sino de los campos de Marasesti y del fondo de los valles, batidos por el granizo de la metralla, la nuestra surgirá de la lucha. Por esto no me dirijo a los politicastros, sino a vosotros, soldados.
¡Levántate! La Historia te llama de nuevo. En el momento en que los enemigos nos invaden y los dirigentes nos venden, rumanos, gritad febrilmente, como en los senderos de los montes en las horas de tormenta: ¡Patria, Patria, Patria ...! "
El Domingo de Ramos de 1930 surge la Guardia de Hierro. Vanguardia extrema en la lucha diaria y sangrienta contra el comunismo.
El Gobierno pretende, inútilmente, detener aquel torrente de fuerza política, exaltada y ardiente, que amenaza desbordar el falso tinglado de un orden viejo y decadente. Y la marcha demostrativa, proyectada por Codreanu en la región de Besarabia, queda suspendida.
A la impotencia rencorosa y estéril de los enemigos opone el Capitán ( Corneliu Zedrea Codreanu) el centelleo de su manifiesto al país:
"Rumanos: Una Rumania nueva no puede salir de los antros de los partidos políticos. Así como la gran Rumania no salió de los cálculos político-demócratas, sino de los campos de Marasesti y del fondo de los valles, batidos por el granizo de la metralla, la nuestra surgirá de la lucha. Por esto no me dirijo a los politicastros, sino a vosotros, soldados.
¡Levántate! La Historia te llama de nuevo. En el momento en que los enemigos nos invaden y los dirigentes nos venden, rumanos, gritad febrilmente, como en los senderos de los montes en las horas de tormenta: ¡Patria, Patria, Patria ...! "
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