
El parlamento griego ha aprobado los recortes exigidos por la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, poniendo de manifiesto una vez más quien manda y en manos de quien estamos, por si alguien todavía no lo tenía claro.
Los políticos acordaron en el Parlamento situado en la plaza Syntagma un recorte de 3.300 millones de euros en salarios, pensiones y empleos públicos sólo para este año.
A cambio de esto Grecia será rescatada mediante una inversión de 130.000 millones de euros, cifra irrisoria para la maltrecha economía del país y la absoluta ruina social que padece.
Por otra parte hay que destacar que este nuevo ajuste se ha aprobado con una cómoda mayoría de 200 votos a favor frente a 74 en contra. Está clara la total sumisión de su clase política a estos organismos supranacionales y a los mercados.
Esta situación ha desembocado en una oleada de violencia. En Atenas ardieron varios edificios y se produjo un centenar de heridos.
Según fuentes policiales, al menos 60.000 personas se concentraron en las plazas de Syntagma y de Omonia.
"Esto no es una democracia, no nos dejan ni protestar, es una dictadura", manifestó una joven. "Envían a gente pagada para que cause problemas. De esta manera pueden justificar los gases lacrimógenos e impedirnos protestar frente al Parlamento", denunció Jristos, de unos 40 años.
El futuro del país griego parece muy oscuro, sobretodo viendo en manos de quien está.
Parece increíble que aquellos que deben luchar por el porvenir de su pueblo no hagan nada por subordinar los mercados y poner la economía al servicio de los ciudadanos.
Mientras Europa siga gestionada por hombres de un holding americano como Goldman Sachs, los cuales jamás van a anteponer nuestros intereses, nada cambiará.
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