El periodismo en entredicho.
Pues ahora resulta que el asesino neo-nazi de Toulouse, se llamaba Mohamed y tenía sangre argelina.
Dos días con sus dos noches, estuvieron los medios de información, alertando de que un nuevo Breivik andaba suelto por las calles de Toulouse, pero este no iría disfrazado de masón como aquel tarado noruego, el francés era un tipo tatuado y con un inquietante corte en la cara. Para más inri, el periodismo se aventuraba a relacionarlo con el Frente Nacional francés. ¡Increíble! No sabían su identidad, no sabían donde estaba, pero ya sabían como pensaba y hasta a quien iba a votar este próximo mes de abril. Y por supuesto, todas las personas, que fueran a votar a quien su imaginario personaje se suponía que lo iba a hacer, ya eran los enemigos de la República Francesa y unos asesinos en serie. Nos bombardearon con informaciones como:
"Los neo-nazis se entrenan para matar como en Toulouse" De teinteresa.es
"El asesino de Toulouse apunta a la vez hacia los dos enemigos clásicos de los ultraderechistas: los árabes y los judíos". Esta vez desde eitb.com
"Un cruel asesino en serie, racista y neonazi, posiblemente con formación militar" Apostillaba el Periódico de Catalunya.
Y así podíamos poner 100 titulares de cualquier medio de comunicación, de cualquier tendencia política, basados todos en ninguna investigación periodística. Ellos ya tenían culpable.
Mientras tanto, la izquierda francesa, ante estas noticias convoca sus movilizaciones, en apoyo a las víctimas de los asesinatos.
Finalmente, el trabajo de la policía francesa lleva a la pista de un argelino llamado Mohamed, y la situación da un giro de 180º. Los mass media quedan con sus vergüenzas al aire, y claro, ¿para que rectificar o pedir disculpas, al menos a sus lectores? Lo que antes era una criminalización al Frente Nacional francés, sus militantes y sus votantes, porque un neo-nazi era el presunto asesino, ahora había cambiado por un "no hay que criminalizar a todos los árabes de Francia, por lo que hiciera un fanático". Que esto es lo más sangrante del asunto, si lo hace un loco neo-nazi o un loco disfrazado de masón (Breivik), todo lo que huela a identitario, automáticamente se convierte en terrorista, pero si procede del Magreb, la consigna es la no generalización.
En fin, como se titula en la entrada, el periodismo vuelve a quedar en entredicho, y lo peor de ello, es que a nadie le sorprende.
Por cierto y para finalizar, las movilizaciones de la izquierda, cuando las pesquisas empezaron a apuntar al tal Mohamed, quedaron automáticamente suspendidas. Ya las víctimas no importaban, no había rédito político que sacar.
ACTITUD REBELDE TOLEDO
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