“La
amnistía fiscal será buena para todos”. Dolores de Cospedal. 31 de
Marzo. Permitirá recaudar 2.500 millones de euros y hacer aflorar el
dinero negro. Aumentará la recaudación del Estado y es la única opción
viable para no subir el IVA, pero… La amnistía fiscal es impresentable,
injusta y antisocial, además de ser una barbaridad (declaración de
Dolores de Cospedal, 2010). Supone perdonar a los defraudadores por tan
sólo el 10% de lo defraudado, menos de lo que habrían pagado si lo
hubieran hecho a tiempo: es decir, defraudar es rentable. La paradoja de
tener que decidir entre subir el IVA o aprobar la amnistía fiscal
supone, en realidad, decidir si aumentar impuestos indirectos que nos
afectan a todos o perdonar los de aquellos que no los han pagado,
decidir si fastidiarnos a todos o echar un cable a los que roban al
Estado. Eso no es una decisión, es un sin sentido, una trampa. Desde el
Gobierno se anima a los defraudadores a que confiesen, garantizándoles
máxima discreción y ninguna sanción, y amenazándoles con un futuro plan
de lucha contra el fraude. Parece que ésta es su última oportunidad
antes de ser pillados. Y desde aquí nos preguntamos, ¿Por qué no ponen
en marcha directamente ese plan? ¿Por qué hay que dar avisos y
redenciones a aquellos que nos roban a todos? ¿Qué les debemos?.
La
amnistía fiscal beneficia a los defraudadores, que casualmente suelen
ser propietarios de grandes fortunas, deja impune e incluso bonifica el
delito fiscal, evidencia la incompetencia de las medidas de lucha contra
el fraude, y además es inconstitucional. En fin, lo que Dolores de
Cospedal realmente quería decir es que “la amnistía fiscal será buena
para todos…los que defraudan”.


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