Sheldon
Adelson, un megalómano norteamericano de 78 años, el 16.º hombre más
rico del mundo, ha ganado colosales sumas de dinero con la promoción
inmobiliaria y en particular con la construcción de casinos gigantescos
como los de Las Vegas, Singapur y Macao. Por nuestra desgracia ahora se
le ha ocurrido poner el ojo en España, donde tiene la intención de
destrozar los alrededores de Madrid o de Barcelona infestándolos con un
Las Vegas europeo destinado a recibir… 11 millones de turistas al año.
Ah, y a crear 260.000 puestos de trabajo… la mayoría de los cuales
estarán constituidos por la mano de obra inmigrada que trabaja a precios
reventados. La misma llegaría, por lo demás, con arreglo a las
condiciones impuestas por el magnate con completa vulneración de la
legislación española al respecto.
Pero no es sólo la legislación
laboral y de extranjería lo que se les exige abolir a los lacayos que,
enviados por Arturo Mas y por Esperanza Aguirre, han ido estos días a
lamerle las botas al magnate, implorándole que tenga a bien colocar sus
deyecciones ludópatas en sus respectivas Comunidades Autónomas. Es muy
larga la lista de sus imposiciones. Helas aquí:
- Legislación laboral
o Modificación
de la legislación para “relajar la rigidez de los convenios colectivos”
y adaptarlos a las conveniencias del negocio ludópata.
o Creación de un régimen especial destinado a admitir a trabajadores extranjeros procedentes de fuera de la Unión Europea.
o Exoneración
total durante dos años de las cotizaciones de la Seguridad Social, más
un descuento del 50% en los tres años siguientes. A partir del quinto
año los trabajadores inmigrantes podrán pasar a depender de la seguridad
social de su país de origen (suponiendo que exista…).
- Infraestructuras
o Las
autoridades españolas deberán construir una nueva estación de metro
conectada con el AVE, nuevas líneas de autobús, nuevas carreteras y
autopistas…
o Autorización de los vuelos en helicóptero entre el aeropuerto y el centro ludópata, así como de varios helipuertos en éste.
o Supresión
o soterramiento de las infraestructuras de gas, agua y electricidad,
así como fortalecimiento de los servicios de emergencia (bomberos,
ambulancias, etc.) en el centro ludópata.
- Urbanismo
o Donación a Las Vegas Sands de todos los terrenos que las autoridades públicas poseen en la zona.
o Expropiación de los terrenos privados a favor (gratuitamente) de Las Vegas Sands.
o Supresión
de las normas urbanísticas a fin de que Las Vegas Sands pueda construir
sus monstruos a la altura y de la forma en que le dé la gana.
- Reglamentación
o Aprobación
de una ley específica —sin posibilidad de derogarla durante al menos 30
años— por la cual se anule en favor de la empresa norteamericana la
legislación española sobre el juego y el comercio, suprimiéndose las
limitaciones a las inversiones extranjeras en los casinos.
o Libre
entrada en los casinos a los menores de edad, a las personas
incapacitadas legalmente y a quienes se han apuntado voluntariamente en
un registro de ludópatas destinado precisamente a que no puedan entrar
en tales centros.
o Modificación
de la legislación sobre el blanqueo de dinero, permitiéndose en
particular transferir fondos destinados al juego sin limitación alguna.
o Autorización
a los casinos para suministrar crédito a los jugadores, eliminación de
la prohibición de publicidad e incentivos ludópatas, y modificación de
la Ley de Enjuiciamiento Civil en cuanto a la ejecución por vía legal de
las deudas de juego. Además, se pretende legalizar el sistema de
intermediarios (junkets) y apuestas VIP que la multinacional emplea en Asia.
o Homologación
automática de los juegos que ya hayan sido aprobados en otros países de
la UE o en EE UU; permiso para los juegos wireless. Además, la empresa
pretende arrogarse la “facultad para aprobar nuevos juegos y demás
cuestiones administrativas.
o Autorización de fumar en espacios cerrados dentro de todo el centro ludópata, libertad total de horarios en todos los negocios.
- Fiscalidad
o Devolución
del IVA a las empresas del complejo (con periodicidad mensual); y que
éste sea una “zona franca” para que los clientes no comunitarios queden
exentos de pagar ese impuesto.
o Eliminación de los aranceles para la importación de productos y simplificación de los trámites aduaneros.
o Eliminación
de la Ley del Impuesto sobre Sociedades (amortización, deducciones,
etc.), de la Ley del Impuesto sobre la Renta de no Residentes (para que
los premios ganados en España tributen en el país de residencia del
jugador) y de la Ley del IRPF (para los premios de los residentes en
España).
o Exoneración durante 10 años de la tasa fiscal sobre el juego. Ulterior reducción de la misma al 3%.
o Bonificación del 95% del impuesto sobre transmisiones patrimoniales.
o Diez años de exoneración del impuesto sobre bienes inmuebles, y una ulterior reducción del mismo en un 95%.
o Negociación previa y obligatoria con Las Vegas Sans antes de que las autoridades puedan aplicar cualquier nuevo tributo.
Dejemos por un instante de lado la
brutal promoción de la ludopatía que todo ello representa, olvidémonos
de los horrores urbanísticos que todo ello acarrea, pongamos un segundo
entre paréntesis toda la masiva creación de fealdad y estupidez que de
tal modo se engendra. Preguntemos simplemente: ¿quién manda aquí?
¡El pueblo soberano!, dicen, y se quedan tan anchos.
Pero tampoco se equivocan tanto, no
crean. Si el pueblo soberano —burgueses y proletarios, clases altas,
bajas y medias confundidas— no enviara cada año 11 millones de borregos a
embrutecerse en tales lugares, todo el problema desaparecería como por
ensalmo en un segundo.
Fuente: elmanifiesto.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario