lunes, 28 de enero de 2013

Revuelta contra el mundo moderno.



Es un absurdo creer que los verdaderos representantes de la autoridad espiritual, es decir de la tradición, se pusieran a correr tras los hombres para afirmar su poder o para obtener su obediencia; que “actúen”, en suma, y tengan interés directo en crear y mantener relaciones jerárquicas, en virtud de las cuales visiblemente pueden aparecer como los Jefes.
El reconocimiento por parte del inferior es la verdadera base de toda jerarquía tradicional. No es el superior quien tiene necesidad del inferior, sino el inferior el que tiene necesidad del superior: no es el Jefe quien tiene necesidad de los subordinados, sino el subordinado quien tiene necesidad de un Jefe.
La esencia de la jerarquía está en el hecho de que en algunos seres superiores vive, en forma de presencia y de realidad actuada, aquello que en los otros existe sólo como aspiración confusa, como presentimiento, como tendencia, por lo que estos son fatalmente atraídos por los primeros, a los que se subordinan de forma natural, y en tal subordinación hoy algo menos de exterior que de seguir a su verdadero “yo”.
Aquí está el secreto de toda disposición para el sacrificio, de todo heroísmo  de toda viril integración en el mundo de las antiguas jerarquías; y, por otra parte, de un prestigio, de una autoridad, de una serena potencia y de una influencia, que ni siquiera el tirano mejor armado habría podido asegurarse.
-Julius Evola-   Revuelta contra el mundo moderno

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