Un héroe al que admirar, su vida estuvo muy ligada a nuestra ciudad por diversos motivos, entre ellos que nació en Toledo y realizó aqui sus estudios militares.
Sirvan estas humildes palabras para homenajear a quien fue el sucesor del general Agustín Muñoz Grandes, en el mando de la División Azul el 12 de diciembre de 1942 a las puertas de la Batalla de Krasny Bor. Fue condecorado con la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro, siendo uno de los 43 extranjeros que recibieron esa condecoración durante la Segunda Guerra Mundial.
Algo de su biografía:
El sustituto de Muñoz Grandes poseía una brillantísima hoja de servicios. Había nacido en 1892, un 18 de mayo en Toledo.
En 1907 ingresó en la Academia de Infantería. Su carrera, como la de tantos otros, estaba unida a África, a Marruecos. A los veinte años ya era capitán y por méritos de guerra llegó a teniente coronel. Hombre de Estado Mayor fue designado por Franco como profesor de la Academia de Zaragoza en 1928. Contrario a la República, el Alzamiento le sorprende en Madrid donde salva la vida milagrosamente. Por fin, logra llegar a Burgos donde inmediatamente se pone a las órdenes del Ejército Nacional. Su participación en la sublevación del general Sanjurjo en 1932 le hubiera valido la pena de muerte en la zona Republicana de haber sido capturado.
Durante la Guerra Civil desempeñó puestos transcendentales. Al frente del Estado Mayor del Cuerpo de Ejército de Castilla tuvo que hacer frente a la ofensiva de Brunete. Volvió a destacar como hombre de Estado Mayor en las operaciones de Teruel. En línea asumió el mando de la 5ª de Navarra. Por su actuación durante la guerra obtuvo la Medalla Militar individual. En mayo de 1940 ascendió a General de Brigada desempeñando sucesivamente las jefaturas del Estado Mayor del Ejército de Marruecos y de la IV Región Militar. Amigo personal de Varela, pidió una y otra vez su destino a Rusia.
Su llegada al frente ruso fue desafortunada y tensa. Muñoz Grandes era más que un general, era un ídolo entre sus hombres y sustituirlo no era nada fácil. Los jefes alemanes eran reacios a la presencia de Esteban Infantes. Los informes germanos lo calificaban de anglófilo. Tuvo que soportar algunos meses de ostracismo desempeñando misiones secundarias que le sirvieron para familiarizarse con el frente y la tropa. Al frente de la División se comportó como hombre de Estado mayor, como un gran planificador. No era el general de empuje que se necesitaba en 1941. La guerra en 1943 se adaptó a sus circunstancias y demostró su valía en la defensa de Krasny Bor.
No era un político pero siempre se mostró orgulloso de haber participado en aquella campaña, como él mimo escribiera, sirvió para quebrantar el aislacionismo español y los pobres resultados obtenidos, desde el punto de vista militar, por las desastrosas salidas militares españolas al exterior durante el siglo XIX . Por su labor al frente de la División, Hitler le concedió la Cruz de Hierro y la Cruz de Caballero de l misma. En atención a sus méritos como jefe de la División en España se le concedió la Medalla Militar individual.
Ref. La Div. Azul 50 años después.
En esta imágen vemos a Estéban Infantes dándole la mano a Adolf Hitler
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